lunes, 25 de mayo de 2015

Opinión Prof. Amalio Belmonte sobre ingreso 2015


Pretende el Ejecutivo una nueva modalidad de intervención de las Universidades mediante la imposición del ingreso

   El Ministro de Educación Universitaria (MPPEUCT) Manuel  Fernández  Meléndez  sostiene que asignar con carácter exclusivo un mayor número de estudiantes distintos a lo establecido por las propias universidades según sus capacidades, contraviniendo la Constitución y las leyes que rigen la materia, es un proceder dirigido a "democratizar" las Universidades. Con medidas como esta el gobierno evade su responsabilidad sobre tan sensible política pública, pretendiendo trasladar hacia estas instituciones la atención inmediata de la problemática que sufre la familia venezolana por la carencia de oportunidades de ingreso de sus hijos a la Educación Universitaria de calidad.

   Señor Ministro el ingreso a las universidades no es un acto administrativo que decide usted unilateralmente. Las universidades autónomas no somos un apéndice de su Despacho que recibe órdenes sobre un tema tan esencial para la vida académica y del país. Un asunto de tanta relevancia social no puede ser utilizado para hacer proselitismo político en nombre de un modelo de universidad que postula la masificación sin calidad, en detrimento de quienes cuentan con los méritos, el esfuerzo y los conocimientos indispensables para ingresar a la educación universitaria.

   El gobierno debe dar señales reales de democracia universitaria sobre el ingreso, examinando las innumerables propuestas que las universidades autónomas le han presentado, para buscar salidas consensuadas y académicas a la desigual relación entre las capacidades reales de las universidades y el significativo número de aspirantes a ingresar en el sistema de la Educación Superior. Son comprobadas las experiencias que estas instituciones durante más de tres décadas han desarrollados ofreciendo oportunidades de formación a estudiantes provenientes de sectores sociales excluidos de las políticas educativas nacionales.

   Decisiones como las tomadas por el Ministro demuestran que el Ejecutivo carece de propuestas basadas en la calidad académica donde el ingreso sea un factor para reforzar ese propósito. Llama la atención que lo enunciado por este funcionario en cadena nacional se produzca en el contexto de la discusión de mejoras salariales para el personal universitario y en medio de la crisis presupuestaria más grave que han sufrido las Universidades Nacionales en los últimos años.

   Los universitarios no estamos dispuestos a aceptar que en nombre de una supuesta idea salvadora y de valores revolucionarios supremos, se viole la autonomía universitaria y con ello nos obliguen a renunciar a un postulado esencial de la vida académica consagrado en la Constitución.

   A propósito de ello, los voceros oficiales de la educación universitaria cuestionan el principio de Autonomía porque hace de las Universidades Nacionales un “Estado dentro del Estado”. Ese predicamento fue el mismo que se utilizó para reformar la Ley de Universidades durante el año 1970, luego del allanamiento de la UCV  1969 (véase la Exposición de Motivos)  y, paradojas de la política, por el gobierno del General Pinochet para hacer lo mismo en Chile en 1980; “las Universidades deben estar sometidas al control ideológico del Estado y a medidas represivas que impidan la formación de organizaciones de instituciones sociales autónomas.” Coincide además con las criticas  expuestas por el Che Guevara contra ese principio , mediante discurso a los universitarios de Santiago de Cuba  octubre 1959 : “ No queremos aquí esconder las palabras y tratar de explicar que no, que eso no es pérdida de autonomía, que en realidad no es nada más que una integración más sólida, como la es. Pero esa integración más sólida significa pérdida de la autonomía, y esa pérdida de autonomía es necesaria a la Nación entera”

   Preservar y ejecutar las atribuciones en los procesos de ingreso de las Universidades Autónomas, como lo determina el artículo 26 de la ley de Universidades y lo sustenta la Constitución Nacional en su artículo 109, no  sólo es un asunto de mantener  principios esenciales para la educación superior, es también el rechazo a  la imposición de un modelo de Universidad que concibe a la Academia como un mundo de creyentes acríticos, que pretenden obligarnos a renunciar a nuestra soberanía intelectual por una supuesta  idea única salvadora,  que  asedia  a las instituciones donde se  produce conocimientos   y valores, porque se hacen  sospechosas y signo de peligro para quienes tienen como objetivo el control absoluto de la sociedad.  

   Es ocasión para concretar la afirmación y la defensa de la Universidad como institución autónoma, que en el caso de la UCV antecede a la existencia de Venezuela como país, que  ha trascendido con dignidad irreverente a los propósitos de dictaduras, regímenes autoritarios o gobiernos intervencionistas. Por ello  sabemos  que  la función superior de la universidad como conciencia crítica de la sociedad requiere el ejercicio  de sus  derechos y atribuciones, que le permitan ejercer la libertad de pensamiento.  Así, la lucha por la autonomía, como ha sido siempre, es también la lucha por la democracia.

   Estamos en un punto de inflexión que obliga a reflexionar con sensatez acerca de las formas como enfrentar esta desafío, actuando con la mayor inteligencia posible, pero al mismo tiempo irreductibles ante  los intentos para  proscribir de la UCV y el resto de las Universidades Autónomas,  la pluralidad, la democracia y la libertad académica e, igualmente confiscarle sus atribuciones  para reducirla a un apéndice pasivo y gris del Gobierno

   La UCV ha sufrido ataques continuos  de gobiernos que la  han acusado de ser lugar habitado por subversivos, comunistas, anarquistas,  elitescos, oligarcas y derechistas, forjándole una imagen   conveniente a intereses aviesos, pero su historial pleno de dignidad se ha impuesto siempre, y quienes le  han agredido y  pretendido destruirla son lamentable muestra en el dossier de la ignominia.


Impermeables al desaliento
Amalio Belmonte
Secretario de la Universidad central de Venezuela
Redactado: 24-5-2015
Publicado: 25-5-2015

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